viernes, febrero 27

Oración a la noche con letra cambiante




La máquina mental sigue funcionando,
y no se detiene ni por respeto a las
escasas horas de encuentro con el Dios Morfeo.
Es circularmente vicioso este releerse a sí mismo
como pretexto de negación
ante la inevitable unión de las ventanas del alma;
o quizás todo se reduce
en un comprendimiento del vómito necesario
de crisis nocturnas anteriores.
Divago en el tiempo, es verdad,
pero debo aceptar que la esperanza
está siendo pisoteada por la rutina,
mientras el alma sacude el polvo
de la quietud insensible que tienen las tortugas.
Así que descúbreme, te lo suplico,
pues la valentía nunca será suficiente para el desnudo.

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