Y fue aquí por donde se llegaba a Chile, directo al comedor negado de un patio trasero.
La entrada se esfumó cruzando el río, mientras el mudito era amputado constantemente para liberarlos de la infelicidad, esa que se esconde a modo de carnaval frente a las bestias y calaveras que hacen sonar las cadenas del pasado.
Los locos simplemente penan enfrentando a la muerte, enfrentando al cerro blanco. Y la caserita de la esquina me vende manisitos, pescadas y ensaladas en invierno.
La entrada se esfumó cruzando el río, mientras el mudito era amputado constantemente para liberarlos de la infelicidad, esa que se esconde a modo de carnaval frente a las bestias y calaveras que hacen sonar las cadenas del pasado.
Los locos simplemente penan enfrentando a la muerte, enfrentando al cerro blanco. Y la caserita de la esquina me vende manisitos, pescadas y ensaladas en invierno.